Una madre soltera como Laura no la hay, siempre tan abnegada y entregada a sus hijos. Le gusta verlo felices, que tenga todo y sobre todo que se diviertan sanamente. Laura tiene 2 hijos, una hembra y un varón. Como pueden viven, Laura le da lo máximo a pesar de su trabajo humilde.
Laura era una madre soltera que jamás quiso rehacer su vida con otro hombre, ella vivía solo para sus hijos, quienes eran lo que ella más quería. Quería lo mejor para ellos, que estudiaran y lograran una buena profesión.
El trabajo de Laura
El trabajo de Laura era humilde, ella limpiaba casas, lavaba ropa y planchaba. Eso sí, jamás le faltaba trabajo, siempre tenía qué lavar o limpiar durante el día. Sus hijos llegaban de la escuela a hacer su tarea, aunque Laura les enseñó a que también debían colaborar con el mantenimiento de la casa cuando ella trabajaba.
La mayor de las hijas ayudaba con la comida, Laura le había enseñado a prepararlas. Cada año Laura le compraba la ropa que necesitaban. También el colegio y los útiles escolares. Era fuerte la responsabilidad, tomando en cuenta que no contaba con ninguna ayuda más, que la de ella.
En ocasiones se enfermaba. En una oportunidad Laura cayó en cama por un sangramiento, una vecina la ayudaba en su cuidado hasta que se recuperó. En otra oportunidad le dio una parálisis facial temporal que le generó tanto estrés. Desde ese momento se dio cuenta las cosas hay que hacerlas con calma para que ellas salgan bien.
Cuando algunos de sus hijos se enfermaba ella su enfermera, los atendía con el mayor cariño y su tratamiento se los cumplía con gran sacrificio. Una vez, uno de sus hijos tenía una fiebre muy alta, y salpullidos en la piel, no paraba de llorar porque el malestar le molestaba. Pero ahí estaba Laura siempre muy pendiente de ellos, nunca los descuidó. De hecho, entre todos se colaboraban, era el ejemplo que les dio Laura.
Una gran oportunidad
Los años iban pasando y sus hijos iban creciendo, ya estaban en edad de entrar a la universidad. Laura planificó todo, como no podía pagarles una privada iban a optar por una pública, que les daba la misma calidad educativa. Sus hijos siempre fueron buenos estudiantes, sus calificaciones eran altas, por lo general sus fotos siempre estaban en el cuadro de honor.
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La hembra tomó la carrera de Medicina y el varón la de Ingeniería. Ambos lograron obtener sus títulos. Cuan agradecidos estaban de su madre Laura, quien se esforzó siempre con darle lo mejor. Hoy viven con ella, ya no tiene que limpiar casas ni lavar ropa. Ahora viven en una gran casa, donde cuentan con sirvientes.
- En la graduación de ambos le dedicaron un mensaje antes de recibir sus títulos universitarios. Ambos salieron Magna Cum Laude, así que les tocaba dar el discurso. Cuando lo hicieron solo hablaron del sacrificio que hizo su madre para que ellos lograran sus metas.
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¡Wow, qué inspirador! Pero, ¿por qué no mencionaron las dificultades de ser madre luchadora?
¡Qué tontería! Los hijos deben luchar por sí mismos, ¡no depender de su madre!